El mercado actual se caracteriza por la velocidad en que se producen cambios en las condiciones para negociar. La sociedad demanda soluciones novedosas, que se ajusten a sus necesidades y requerimientos, los cuales están en constante evolución. Es por ello que las empresas, para garantizar su rentabilidad, deben planificar para el presente y el futuro. Anteponerse a las demandas de la sociedad es la clave para mantenerse en la cresta de la productividad.
La sociedad moderna se caracteriza por el cambio. Desde que la tecnología ha experimentado un pico de desarrollo a finales del siglo XX, este avance no se ha detenido. Las compañías se han sumergido en una carrera por desarrollar soluciones innovadoras, que se adapten a las necesidades de los clientes. En efecto, la tecnología disponible ha facilitado enormemente el desarrollo de las actividades de producción, y por eso es posible disfrutar de todas las comodidades a las que estamos acostumbrados.
Sin embargo, el rápido desarrollo obliga a que las empresas deban renovarse constantemente, para mantener la ventaja frente a otras organizaciones productivas del mismo sector. Cada vez que surge una herramienta, técnica o tecnología, es seguro pensar que esta tendrá un impacto en el mediano y largo plazo, en la medida en que esta se vuelva popular y empiece a ser reconocida por el público. Precisamente, en eso se basa la oferta comercial en la actualidad. Los usuarios desean que los productos y servicios que adquieren cuenten con la mayor cantidad de opciones, que les permitan adaptarlas a sus gustos e intereses. La industria de los dispositivos de telefonía móvil, por ejemplo, centra su atención en este punto.
Y es por esa razón que la anticipación estratégica se ha convertido en una herramienta tan importante para la gestión del cambio. Esta metodología consiste en anticipar los cambios que pueden producirse en el entorno, con el fin de que las empresas y organizaciones puedan trazar planes para adaptarse, de forma más efectiva, a las nuevas demandas de la sociedad.
La anticipación estratégica gestión de riesgos es una herramienta poderosa en manos del personal de alta gerencia de la empresa. Le permite saber los pasos que dará la organización para asegurar la rentabilidad a futuro. Sin duda, las empresas deben contar con planes de contingencia para introducir los cambios que les permitan seguir desarrollando las actividades productivas que realizan en favor de la sociedad. De no contar con una planificación coherente, centrada en la atención al cliente y la comprensión de sus necesidades, la empresa caerá en una situación de caos en el momento en que tenga que reinventarse para seguir manteniendo su participación en el mercado.
La anticipación estratégica opera en dos áreas fundamentales: La primera de ellas, consiste en diseñar planes para situaciones de crisis. La paralización de actividades, hechos de alto impacto social, acontecimientos locales y regionales, crisis o fenómenos naturales pueden alterar las condiciones en que las empresas funcionan. Por ello, se deben crear planes de contingencia para contar con alternativas y protocolos de actuación en cada uno de estos escenarios, con el fin de brindar una respuesta oportuna ante la crisis.
La segunda área donde opera la anticipación estratégica se refiere al pronóstico técnico.
Para conocer las condiciones en que funcionará la empresa, es necesario conocer las características del entorno. La política, las condiciones sociales, los sistemas de gobierno, los riesgos y amenazas de la localidad, las oportunidades y necesidades de la población local pueden suponer un reto para la organización productiva. Por eso, antes de incursionar en un área, es necesario que se consideren todos estos factores, para escoger y diseñar las estrategias que garanticen la rentabilidad a futuro.
Tal como enseñamos en nuestro curso de anticipación estratégica, esta es una herramienta útil para que la empresa pueda plantearse cómo actuar ante escenarios futuros. Las crisis, por ejemplo, pueden ser un momento importante para repensar la estrategia general de la organización e introducir aquellos cambios que les permitan sobrevivir a las nuevas condiciones. El éxito estará asegurado en la medida en que la empresa pueda adelantarse a este acontecimiento, y se interese por desarrollar alternativas para mantenerse compitiendo en el nuevo mercado y bajo las nuevas reglas que se han impuesto.
¿Crees que la anticipación estratégica es importante para el funcionamiento de las empresas? Cuéntanos un ejemplo de cómo las empresas se han anticipado a las necesidades del mercado. Déjanos un comentario, y forma parte de la comunidad educativa de Ifadesa, empresa líder en la formación del talento humano.